martes, 3 de febrero de 2009

Una espera que termina


por Sergio Gutiérrez

El brillo de tus ojos señaló el camino abandonado
el color de tu voz se enseñoreó del pasto y las veredas
mi garganta seca mencionó tu nombre nuevamente
y mis manos distraídas se sumergieron en tu cuerpo

he vuelto a verte después de tantas lágrimas secas
contemplé de nuevo tu rostro acariciando mis mejías
sonreí desbordado de tu escencia, completando mi alegría
y susurré a tu oído que eres el amor de mi vida

compruebo a diario el candor que produces en mi alma
el placer de encontrarte desnuda al amanecer
el beso matinal que saborean mis mañanas
tus pasos descalzos zigzagueando por la sala

tu sonrisa sobre el hombro provocando que te siga
tu pelo alimentando mi mirada perdida
tus besos puntuales, tus caricias precisas
he recuperado tu olor, después de perderlo por la ventana

he vuelto a tu vida y has sido tú quién me volvió a la vida
contagiando cada recoveco que necesita de tí
cada palabra que moría por estar en tu voz
cada minuto que se desangraba por tu ausencia

quédate hasta que amanezca, quedate dos vidas más
te invito a volar léjos del pasado, de nosotros
te invito a la vieja cabaña que construiremos mañana,
quiero tomarte de la mano, quiero amarrarte en un abrazo

el tiempo dictó el fúnebre discurso del olvido
pero mi amor aguardó cobijado a la sombra de tu recuerdo
pregoné al tiempo: que sólo me vencería la muerte
o que volvería a verte y escribiría versos.

No hay comentarios: