lunes, 27 de octubre de 2008

Los campos de mi niñez


Hilda Henríquez de Flores

Mi visión era un manto
de luces amarillas,
apacibles, confundidas
entre el recuerdo esmeralda del perico.
Quién tenía de los ángeles la esencia
contemplando el color de la distancia
se dejaba llevar sobre su gasa
como soñando sobre el aureo tiempo.

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