por Sergio Gutiérrez
Sábanas compartidas con historias indebidas
espejos opacos de tantas mentiras
el agua caliente que no encuentras en tu ducha
voces vecinas pero desconocidas
refugio de deseos incompletos
de tertulias pasajeras
tan nuestro cómo del mundotan propio y tan de nadie
la habitación sin dirección
calvario de los que esperan en casa
pesadilla de los que sueñan despiertos
escape de las cuentas y cuentos
fundador de sonrisas enajenadas
embarrador de labial al cuerpo
testigo de palabras atrevidas
de sueños rotos, de pasiones prohibidas
muladar del amor,
conquistador de misterios,
ferviente pasión incontrolada
inevitable razón acobardada
la luz se enciende permitiendo la entrada
al mundo donde el rostro se pinta de dinero,
los nombres se callan de miedo
y los gemidos hacen eco sin voz
toallas que no hablan pero sí miran
pantallas que solo ofertan frías caricias
menús pervertidos que incitan malicia
refrigeradores llenos copas y bebidas
privacidad comprada por tiempo limitado
austeridad de risas galardonadas
culpas entre sábanas ajadas
saliendo de madrugada, viendo por el espejo
perdiendo la mirada.
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