jueves, 22 de enero de 2009

Inquilino del tiempo


por Wilfredo Arriola


De las caricias del viento
que recorren con tranquilidad
las arenas de tu sol.
En la ramada de un horizonte.
Que enorgullece al cielo de cristal
Figura en mí, la claridad
de tu amanecer
Anestesiado de un minuto
sin final,
de un segundo lento.
Días antorchados
que moldean mis ideas
al compas de la brisa,
al compas del fuego,
genuino y como genuino
mordaz.
Pero no desfallezco,
pero no me rinde,
esta diacronía presurosa.
Más sin embargo me alienta
por las veredas,
en donde veo
como convergen los vientos
encaprichados…
El cielo testigo.
Un sol de coartada,
y un tiempo que se gasta en mi.

Más no me quejo
Me compadezco,
de esta noche febril.
Este oficio de inquilino
Que asusta tus vendavales.
Que me limita en tu norte,
y me exparse en tu sur
¿Adonde iré?
En este bosque paradigmático
que no sea al dorso
de donde parti…

No hay comentarios: