jueves, 10 de diciembre de 2009

Juguemos


Mi juego
inicia en tu cama,
suave, dersa,
llena de rocío
sonríes
con fuego
en tu boca,
y clamas con tus ojos,
tú flor se deshoja.
Como un juego
de un titiritero.
Cuerpos inertes
claman con sus voces.
El amor
en extasis
que en fragancia del cielo baja,
y se posa
en nuestras almas.
Parece ser
un juego divino
que dos niños
han iniciado
la misión sideral
besar tus labios,
iniciar nuestro orgasmo.
Animales salvajes
por el hambre de tenerse.


Hubo un testigo
silencioso,
…miraba
nuestro juego, gustaba
placido nos dio,
sus sombras
de pecado.

Terminó el juego
pareció un sueño,
¡Santo amor al viento!
Pero no,
solo fueron:
infimos deseos
de dos cuerpos
Sin alma,
Sin espacio,
Sin vida…