sábado, 28 de febrero de 2009

Negri-Blanca


por Wilfredo Arriola

Mujer de pelo de alabastro
En quimera tu perfil
De sombra clara,
todo un sueño viril,
contoneando las
líneas densas.
Tu como aura,
arando tus ojos desaparecidos.
A la espera inerte
De un trono irreal.
Viuda de vestimenta,
ojos de alcanfor
me quirina tu ausencia ,
entre tu espera
medieval,
de labios tenues
sobre el umbral.
Difuminando el cenizo
que atisba al andar,
mesurado el silencio,
limosnero de piedad.

jueves, 26 de febrero de 2009

Extensión de mi Ser


por Hilda Henríquez de Flores


Fue una corola de luces diseminadas
donde todo crecía y transformaba,
volviéndose movimiento,
plegaria,
afán.
Indefensa, débil, mínima,
creciendo en mí.
Una extensión de mi ser.
Sin ella no puedo ahora ser quien soy.
Sin ella la seda se quedaría en el capullo,
el trigal ocultaría su pan,
no dibujaría la idea de mi mente.
Sin ella no tendría lenguaje mi caricia.

domingo, 15 de febrero de 2009

Redoma Poética



por Rafael Magarín Arana

Pequeño dios del papel,
la tinta y los pensamientos,
más profundos del espacio
y el tiempo, los colores
majestuosos que descienden
desde el alba y se detienen
en el viento, tiempo y espacio,
que nos envuelve, nos consume
o abate, al recordar los sonidos,
las letras , las musas de los versos,
la amargura, la belleza,
la dulzura , la premura de palabras,
con sonido de zarzuela , valles,
troncos, basureros ,
versos musicales,
rimas
del antaño
recuerdos olvidados,
sueños derrumbado,
aromas ya plasmado sobre tinta y papel,
de las venas del cuarteto,
reirá la decadencia, de la mano
a la mente,
de la mente al corazón,
corazón símil y versátil,
las lagrimas de versos
retocando las campanas,
riman risas decadentes, bajo el alba
de la luz aurora,
sollozando, los olores
a metáforas cantoras,
que amartillan entre risas
y perfumes de los nardos
y los lirios.
Brotan fuente de colirio revelando
Las palabras que los
ángeles callaban,
luz brillante de palabras,
mirare por las ventanas,
aquellos versos
ermitaños,
que ayer, ahora y
siempre
serán plasmados
en el tiempo, con
papel y
espesa tinta

miércoles, 4 de febrero de 2009

Dolor por la muñeca


por Hilda Henríquez de Flores


La niña no quiere a su muñeca.
La muñeca es renuevo de la vida,
la vida palabra, alas , esperanza.
Pero la niña cierra sus pupilas.

Sobre el lecho esta más sola que nunca.
Quieta como guirnalda desgajada.
Muda como dolor que no se queja
Ausente, en vuelo su alma, sin palabras.

Anoche soñó con una muñeca
de maíz hecha y ojos que relumbran.
Con otras niñas jugaba de rondas,
risas y cantos, dibujando lunas.

Anoche soñó cuando era una princesa.
Cuando la espina amarga, más amarga
que el fuego, vino a consumir su ensueño.
Hecha un ovillo se quedó sin alma.

Desnuda el día todos sus recuerdos.
Reitera el sueño surcos que no mueren.
Anoche despertó en martes de lluvia.
Madre, ¿por qué los cardos me florecen?

La madre llora junto a las dos muñecas.

Intimidad Compartida


por Sergio Gutiérrez


Sábanas compartidas con historias indebidas

espejos opacos de tantas mentiras

el agua caliente que no encuentras en tu ducha

voces vecinas pero desconocidas


refugio de deseos incompletos

de tertulias pasajeras

tan nuestro cómo del mundotan propio y tan de nadie


la habitación sin dirección

calvario de los que esperan en casa

pesadilla de los que sueñan despiertos

escape de las cuentas y cuentos


fundador de sonrisas enajenadas

embarrador de labial al cuerpo

testigo de palabras atrevidas

de sueños rotos, de pasiones prohibidas


muladar del amor,

conquistador de misterios,

ferviente pasión incontrolada

inevitable razón acobardada


la luz se enciende permitiendo la entrada

al mundo donde el rostro se pinta de dinero,

los nombres se callan de miedo

y los gemidos hacen eco sin voz


toallas que no hablan pero sí miran

pantallas que solo ofertan frías caricias

menús pervertidos que incitan malicia

refrigeradores llenos copas y bebidas


privacidad comprada por tiempo limitado

austeridad de risas galardonadas

culpas entre sábanas ajadas

saliendo de madrugada, viendo por el espejo


perdiendo la mirada.

Miedo Diáfano



por Wilfredo Arriola



El rosal ya no destilaba
el escarlata puro de los días,
No se distinguía con el esplendor del sol
que quemaba la ausencia.
Ni el sueño calaba en las noches de alcoba.
En el tiempo agudo que espinaba a la crítica.
Sin querer paso.
Tu paradigma,
no se mezclaba entre el puente de mis ojos.
Sume la resta de los ensueños,
que se marcharon dejando la sombra atrás…

¡Quien lo dijo!
Mi plural decisión sin que le interrogara.
No puedo decidir.
Si vagabundo soy en mis horas.
En lo superfluo asiduo.
Como hoja en invierno.
Sometida a los lagrimales de la lluvia.

Cuerpo de madera…
Enréjame como polilla para calar si es posible,
entre tus venas.
Secas de sentir.

Función de la Poesia

por Hilda Henríquez de Flores


La poesía, igual que a las demás artes es parte de la expresión cultural de los pueblos.
Podemos decir que la poesía tiene dos funciones: La personal, la social.
La poesía inicia como una complacencia personal de crear belleza, y a la vez es una catarsis de la subjetividad del poeta, evidenciando las facetas de su alma: Su alegría o dolor, así como la forma de interpretar la vida y el mundo que lo rodea.
Hacer poesía produce gozo. Esta virtud del poeta le permite crear un mundo más hermoso que la realidad donde está inmerso. Esa creación sublime, es la esencia de la poesía.
La poesía tiene ventaja sobre las demás artes, porque su medio de expresión es la palabra, y la palabra es universal.
Cuando la poesía es comunicada a los demás entra en otro ámbito, que es el social. Es así como la poesía ha estado presente siempre en todas las culturas.
Las personas siempre se han deleitado escuchando producciones literarias, muchas de ellas son arreglos musicales.
La poesía como creación de belleza es posible en todos los pueblos. Siempre existen hombres y mujeres, dotados de la vocación para hacer poesía. Ha sido tanta su trascendencia, que ha desarrollado su propia técnica para su mejor escritura, es decir que el poeta tiene que aprender el oficio, tener disciplina como escritor, adquirir cultura general para que su obra literaria tenga valor. De esa manera despertará un sentimiento en los lectores y se le dará el verdadero valor de la poesía. Cuando la obra es de gran valor, trasciende las fronteras y se universaliza.

martes, 3 de febrero de 2009

Tiempo Eterno


por Sergio Gutiérrez

Despierta mi día con la mirada perdida
ausente de risas, carente de sueños
moldeando figuras en el aire que bordean tus manos
colmando de anciedad el sabor amargo de mi boca

saliste temprano en la mañana,
dejando un gélido amanecer en mis pies
ensordeciendo la casa de silencio
opacando la luz con la falta de tu voz

converso tendido con mi alma somnolienta
y auguro tempestades de turbulenta soledad
invoco tu tacto desde mis entrañas
y recorro la habitación en busca de tu rastro

¿A dónde fueron las caricias a mi espalda?
corrieron a otro cuerpo, con otro nombre, con otra piel
¿Quién convertirá en brillo las lágrimas en mis ojos?
será ahora la esperanza de encontrarte otra vez

proclamo al olvido como amigo
despilfarrando mis besos a donde voy
pregonando destinos inciertos
valorando los perros, las casas, las calles

maquillo gestos de serenidad
sobre mi ojeras desveladas de tanto esperar
insinúo un paso firme, lento, letargo
con el ama coja de tanto caminar

muere el día y nace la noche
y así, la agonía de tu olor hace su efecto
escondido bajo la almohada,
proveniente de tu sostén olvidado

vivo, día a día; camino paso, a paso
te extraño beso a beso; boca a boca
duermo con cuanta compañera lo permita
pero tu nombre alimenta mi llanto

¿¡Hasta cuando!? ¿¡Hasta cuando!?

Una espera que termina


por Sergio Gutiérrez

El brillo de tus ojos señaló el camino abandonado
el color de tu voz se enseñoreó del pasto y las veredas
mi garganta seca mencionó tu nombre nuevamente
y mis manos distraídas se sumergieron en tu cuerpo

he vuelto a verte después de tantas lágrimas secas
contemplé de nuevo tu rostro acariciando mis mejías
sonreí desbordado de tu escencia, completando mi alegría
y susurré a tu oído que eres el amor de mi vida

compruebo a diario el candor que produces en mi alma
el placer de encontrarte desnuda al amanecer
el beso matinal que saborean mis mañanas
tus pasos descalzos zigzagueando por la sala

tu sonrisa sobre el hombro provocando que te siga
tu pelo alimentando mi mirada perdida
tus besos puntuales, tus caricias precisas
he recuperado tu olor, después de perderlo por la ventana

he vuelto a tu vida y has sido tú quién me volvió a la vida
contagiando cada recoveco que necesita de tí
cada palabra que moría por estar en tu voz
cada minuto que se desangraba por tu ausencia

quédate hasta que amanezca, quedate dos vidas más
te invito a volar léjos del pasado, de nosotros
te invito a la vieja cabaña que construiremos mañana,
quiero tomarte de la mano, quiero amarrarte en un abrazo

el tiempo dictó el fúnebre discurso del olvido
pero mi amor aguardó cobijado a la sombra de tu recuerdo
pregoné al tiempo: que sólo me vencería la muerte
o que volvería a verte y escribiría versos.

domingo, 1 de febrero de 2009

Antorcha del tiempo



por Hilda Henríquez de Flores

Bajo el tenue sol, la tarde es un remanso suspendido en la luz. Vagan en el cielo rebozos de colores.
Alas y cantos hacen rondas con el viento. Tras la montaña, la antorcha del tiempo se oculta con lentitud de siglo. Asisten a su viaje, el monte que espera en la penumbra, un espejo que guarda los días y las noches, un florido listón de plata ciñendo la arboleda. Se llena de calma el bosque cercano, la placidez se acoge sobre el valle distante.
Hombres y mujeres vuelven a sus casas a refugiar su afán. Detienen los niños su impulso en movimiento. Las manos de una madre, prodigarán el pan. El crepúsculo dulce, dulcifica las horas, serena las almas.
Brisas y huracán, selva y desierto, día y noche, sombra y color. Tiempo sin memoria, el sol que no claudica, ajeno a nuestra historia.